Más evidencia y humanización contra el diseño estresante de los hospitales
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El 39º Congreso de Ingeniería Hospitalaria aborda cómo la arquitectura sanitaria repercute en la salud de las personas
Alfonso Casares; Paula Gómez Vela; Laura Cambra; y Ramón Torrents.
21 oct 2022. 13.40H
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Cada vez más estudios afirman que una buena arquitectura sanitaria tiene efectos positivos en la vida de los pacientes. Bajo esta premisa, el 39º Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria ha abordado la mesa a debate ‘Innovación en Infraestructuras’, en la que cuatro expertos en la materia han expuesto cómo la arquitectura se consagra como una valiosa herramienta para crear proyectos hospitalarios que respondan tanto a las necesidades de los pacientes como a las del personal médico que los atiende.
En esta ponencia, moderada por Ana María Lluch, jefa de Servicio de Hematología y Oncología médica del Hospital Clínico de Valencia, la arquitecta e investigadora Laura Cambra se ha centrado en la investigación aplicada a las infraestructuras sanitaria, incidiendo en la necesidad de elevar el nivel de rigor de las evidencias en las que arquitectura basa sus diseños. Un aspecto “clave” y que, sin embargo, ha sido poco desarrollado en el terreno de la investigación.
Para este proceso de diseños hospitalarios basado en evidencias, el primer paso es establecer la visión, metas y objetivos. “A continuación, tenemos que encontrar las fuentes de evidencias, interpretar críticamente esas evidencias, crear e innovar conceptos y formular hipótesis”, ha expuesto la doctora junior de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que ha agregado que este proceso finaliza con la supervisión de la obra y la medición de resultados.
El diseño hospitales más humanos, ha señalado la arquitecta, combina variables de diseño con variables clínicas y, para ello, es necesaria la existencia de un equipo transdisciplinar conformado por investigadores, profesionales y usuarios.
“El entorno no es un capricho”, ha remarcado la arquitecta Paula Gómez Vela, que ha tomado la palabra para hablar de la importancia del entorno cromático en el efecto biológico. Según ha explicado la diseñadora, la evidencia ha demostrado que un entorno estresante eleva los niveles de cortisol, lo que puede tener una repercusión directa en la salud de las personas. Desde problemas cardiovasculares y trastornos metabólicos, hasta disfunción del Sistema Nervioso Central e inflamación y desregularación del sistema inmunológico.
Gómez Vela, que ha recibido diversos premios en su labor de investigación y diseño de arquitectura para la salud en hospitales, humanización de la asistencia sanitaria y alivio del dolor infantil, ha expuesto los cuatro pilares de la neuroaruqitectura: naturaleza, luz, silencio y colores luminosos. En este último apartado, ha destacado la importancia de evitar ‘todo al blanco’ y el negro, priorizando siempre los colores cálidos.
“Si solo un color ya puede tener efecto beneficioso… ¡Cuánto más puede hacer una buena arquitectura para ser un colaborador en la salud de las personas!”, ha enfatizado, insistiendo en que en tenemos una herramienta “muy valiosa” entre manos: la arquitectura.
Por su parte, Alfonso Casares ha centrado su exposición en el hospital feliz. Con más de 50 años de experiencia en el campo de la arquitectura hospitalaria, ha enfocado su intervención en cuatro sentimientos: enfermedad, vida, salud y muerte. Emociones que, según ha explicado, son las que giran en torno a la palabra ‘hospital’.
“El hospital ha asumido que, ademas de ser un edificio complejo, ha adquirido una personalidad propia e independiente. El hospital ha sustituido hasta al más humano de los edificios; es donde se nace y se muere”, ha expresado el experto en arquitectura hospitalaria.
Según ha matizado, el hospital dejó de ser un edificio puramente institucional para convertirse en un "lugar vivo" en el que afrontar estos cuatro sentimientos, los de enfermedad, salud, vida y muerte. “En el diseño de hospitales hay decisiones que parecen que no existen, pero que están interiorizadas en una arquitectura muy técnica”, ha añadido.
Por su parte, Ramón Torrents ha focalizado la ponencia en la atención centrada en la persona y la neurociencia aplicada a la arquitectura para la salud. “Tenemos que poner a la persona en el centro del diseño. Antes se hablaba de funcionalidad, sostenibilidad o prioridad; ahora hablamos de humanización”, ha sostenido.
La principal línea de trabajo del equipo de Torrents es buscar la evidencia científica que acompañe los diseños de los entornos construidos para mejorar las experiencias de las personas que los habitan, así como "anteponer el compromiso social de las acciones" y "el respeto a la pluralidad de usuarios".
“Todo el proceso de humanización de entornos hospitalarios se hace desde el punto de vista de los materiales y la iluminación, pero también desde el del asistencial, del acompañante y de los profesionales”, ha agregado, incidiendo en que hay que entender cuáles son las necesidades, “siempre con evidencia científica”, para diseñar proyectos y continuar avanzando hacia una visión holística de la arquitectura para la salud de las personas.
Casares: "El hospital ha adquirido una personalidad propia e independiente". |
Para este proceso de diseños hospitalarios basado en evidencias, el primer paso es establecer la visión, metas y objetivos. “A continuación, tenemos que encontrar las fuentes de evidencias, interpretar críticamente esas evidencias, crear e innovar conceptos y formular hipótesis”, ha expuesto la doctora junior de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que ha agregado que este proceso finaliza con la supervisión de la obra y la medición de resultados.
El diseño hospitales más humanos, ha señalado la arquitecta, combina variables de diseño con variables clínicas y, para ello, es necesaria la existencia de un equipo transdisciplinar conformado por investigadores, profesionales y usuarios.
Laura Cambra, arquitecta y doctora junior en la Universidad Politécnica de Madrid |
Arquitectura de las emociones para humanizar hospitales
“El entorno no es un capricho”, ha remarcado la arquitecta Paula Gómez Vela, que ha tomado la palabra para hablar de la importancia del entorno cromático en el efecto biológico. Según ha explicado la diseñadora, la evidencia ha demostrado que un entorno estresante eleva los niveles de cortisol, lo que puede tener una repercusión directa en la salud de las personas. Desde problemas cardiovasculares y trastornos metabólicos, hasta disfunción del Sistema Nervioso Central e inflamación y desregularación del sistema inmunológico.
Paula Gómez Vela, arquitecta y doctora en Biomedicina. |
Gómez Vela, que ha recibido diversos premios en su labor de investigación y diseño de arquitectura para la salud en hospitales, humanización de la asistencia sanitaria y alivio del dolor infantil, ha expuesto los cuatro pilares de la neuroaruqitectura: naturaleza, luz, silencio y colores luminosos. En este último apartado, ha destacado la importancia de evitar ‘todo al blanco’ y el negro, priorizando siempre los colores cálidos.
“Si solo un color ya puede tener efecto beneficioso… ¡Cuánto más puede hacer una buena arquitectura para ser un colaborador en la salud de las personas!”, ha enfatizado, insistiendo en que en tenemos una herramienta “muy valiosa” entre manos: la arquitectura.
Así construye la arquitectura el hospital feliz
Por su parte, Alfonso Casares ha centrado su exposición en el hospital feliz. Con más de 50 años de experiencia en el campo de la arquitectura hospitalaria, ha enfocado su intervención en cuatro sentimientos: enfermedad, vida, salud y muerte. Emociones que, según ha explicado, son las que giran en torno a la palabra ‘hospital’.
Alfonso Casares, fundador de Aidhos arquitectura. |
“El hospital ha asumido que, ademas de ser un edificio complejo, ha adquirido una personalidad propia e independiente. El hospital ha sustituido hasta al más humano de los edificios; es donde se nace y se muere”, ha expresado el experto en arquitectura hospitalaria.
Según ha matizado, el hospital dejó de ser un edificio puramente institucional para convertirse en un "lugar vivo" en el que afrontar estos cuatro sentimientos, los de enfermedad, salud, vida y muerte. “En el diseño de hospitales hay decisiones que parecen que no existen, pero que están interiorizadas en una arquitectura muy técnica”, ha añadido.
Por su parte, Ramón Torrents ha focalizado la ponencia en la atención centrada en la persona y la neurociencia aplicada a la arquitectura para la salud. “Tenemos que poner a la persona en el centro del diseño. Antes se hablaba de funcionalidad, sostenibilidad o prioridad; ahora hablamos de humanización”, ha sostenido.
Ramón Torrents, arquitecto y socio director en Ahead PSP. |
La principal línea de trabajo del equipo de Torrents es buscar la evidencia científica que acompañe los diseños de los entornos construidos para mejorar las experiencias de las personas que los habitan, así como "anteponer el compromiso social de las acciones" y "el respeto a la pluralidad de usuarios".
“Todo el proceso de humanización de entornos hospitalarios se hace desde el punto de vista de los materiales y la iluminación, pero también desde el del asistencial, del acompañante y de los profesionales”, ha agregado, incidiendo en que hay que entender cuáles son las necesidades, “siempre con evidencia científica”, para diseñar proyectos y continuar avanzando hacia una visión holística de la arquitectura para la salud de las personas.
Ana María Lluch, jefa de Servicio de Hematología y Oncología médica del Hospital Clínico de Valencia. |